Es
realmente apasionante ver el desarrollo de la medicina y la enfermería, sus
avances tecnológicos, la complejidad de las investigaciones, el progreso en los
procedimientos, los avances terapéuticos, los cambios en la historia natural de
muchas enfermedades como el cáncer y patologías tan graves como el Sida. La
medicina preventiva y la terapéutica moderna, están ofreciendo a los pacientes
la oportunidad de vivir más, con una mejor calidad de vida. No es extraño ver
talentos, en su octava década de la vida, ofreciendo lo mejor de sus capacidades
a empresas complejas, universidades u hospitales. Es impresionante ver por
ejemplo, cómo hace algunos años la reparación de algunos aneurismas cerebrales,
requerían cirugías complejas que podían durar muchas horas; hoy en día, aunque
todavía se utiliza la cirugía y es muy importante, hay otras opciones
terapéuticas disponibles como la neuroradiología intervencionista, que permite
tratar algunos aneurismas sin abrir el cráneo en un tiempo de una a dos horas,
con la recuperación casi inmediata del paciente. Quién podría haberse imaginado
hace algunos años que mediante la técnica laparoscópica, con pequeñísimas
incisiones podía resecarse una vesícula, un apéndice, el útero, tumores malignos
de colon e inclusive corregirse hernias hiatales severas.
En el
campo de la cardiología y específicamente la hemodinamia, es realmente
maravilloso observar cómo mediante un stent se logra abrir la luz de una
arteria coronaria en un tiempo relativamente corto sin mayores molestias para el
paciente.
En
terapéutica que decir de los avances en el área del cáncer. Hoy en día ésta es
una enfermedad crónica, muchas veces no necesariamente mortal, que ofrece a los
pacientes una excelente calidad de vida. Todo esto debido a los nuevos medicamentos disponibles y a su diagnóstico temprano.
Los
avances en investigación son asombrosos y a veces pueden llegar a
producir hasta
temor, ver cómo hoy en día puede transferirse material nuclear de una
célula
somática a otra para el posible manejo de enfermedades degenerativas,
nos
impacta. Quién hubiera pensado hace algunos años que un óvulo
fertilizado, que
es una célula madre totipotencial, pueda pueda en un medio de cultivo
diferenciarse a células cerebrales, cardiacas, hepáticas, etc. To do lo
anterior
comienza a generar esperanzas a personas con enfermedades tan graves
como la
esclerosis lateral amiotrófica, la esclerosis múltiple o la enfermedad
de
Parkinson, para mencionar algunas patologías en el campo de la
neurología; sin
embargo, toda esta investigación viene suscitando también, grandes
controversias
de tipo ético.
Uno se
pregunta si la historia clínica detallada, la anamnesis juiciosa y el examen
físico de un paciente, continuarán sien do el eje central de la atención de los
enfermos o si por el contrario, mucho de este tiempo utilizado, se reducirá y se
reemplazará por procedimientos de tecnología muy avanzada, que permitirán al
médico en forma más rápida llegar a un diagnóstico más exacto y preciso. La
verdad es, que cada vez más, el médico es más dependiente, requiere y utiliza
ayudas diagnósticas modernas para el tratamiento de sus pacientes. Lo anterior
necesariamente viene encareciendo la salud.
Con los
avances de la genética y la genómica en general, las enfermedades ya no serán
únicamente prevenibles, sino previsibles, el paciente conocerá su predisposición
a una determinada patología como el cáncer, la enfermedad coronaria o una
enfermedad degenerativa y el médico utilizará todos los recursos científicos y
adelantos tecnológicos disponibles para diagnosticar y tratar una patología en
forma temprana.
En el
ámbito del Sistema de Salud y de lo que hoy se conoce como la medicina
gerenciada también se ha avanzado en forma muy importante. Con la introducción
de nuevas tecnologías y tratamientos sofisticados, la medicina necesariamente
se ha encarecido y continuará encareciéndose, en patologías como el cáncer, el
sida y algunas enfermedades degenerativas. Los sistemas digitales se impondrán
en el mundo entero para hacer más eficiente y seguro el cuidado y tratamiento de
nuestros pacientes. Todos los días tendrán los enfermos, más esperanzas de
lograr curación o alivio de sus enfermedades. Las patologías que hace algunos
años eran mortales, hoy en día son crónicas y muchas de las que en otros tiempos
no tenían cura hoy pueden hacerlo. Los sistemas de salud, por su parte, buscan
por todos los medios ser más eficientes, controlando el gasto médico, mediante
procesos de auditoria y racionalización del uso de todo este arsenal
tecnológico y terapéutico existente en la actualidad.
A nivel
de enfermería se están observando también cambios importantes. La enfermera
actual está asumiendo un rol mucho más protagónico en el cuidado de los
pacientes, se está especializando más y en los EEUU ya se tienen en fer meras
que se encargan del cuidado de pacientes, elaborando historias clínicas y
prescribiendo medicamentos. En un futuro muy cercano muchas patologías serán
atendidas no por médicos, sino por enfermeras con un entrenamiento avanzado.
Detrás
de todos estos avances y sofisticaciones, qué perciben los pacientes y qué
inquieta a las Facultades de Medicina, a las Instituciones de salud y al mismo
Sistema de Salud: la medicina como profesión ha cambiado, es menos
personalizada, es más demandante, los pacientes están más informados, hay menos
tiempo para dedicarle a los enfermos, en ocasiones somos menos compasivos, la
medicina y la enfermería como profesiones son menos al truistas, el
profesionalismo que es una competencia fundamental de los médicos y las
enfermeras, comienza a de bilitarse y preocupa a todos los estamentos de la
salud.
El
profesionalismo es el uso rutinario de la comunicación, de los conocimientos, de
las habilidades, de las emociones, de los valores y la reflexión diaria para el
servicio generoso a nuestros pacientes y a la comunidad en general.
El
profesionalismo implica además honestidad con nuestros enfermos,
confidencialidad, una buena relación, el adecuado manejo de conflictos de
interés y nuestra decidida responsabilidad como profesionales.
El
profesionalismo en medicina y en enfermería sí que es importante,
desafortunadamente se ha debilitado y hay necesidad de revivirlo entre nuestros
estudiantes y personal en entrenamiento.
Muchas
veces se han vuelto más importantes la tecnología, las nuevas terapias, los
procedimientos, el gasto médico y la auditoria, olvidándonos de la atención
humana y compasiva a nuestros pacientes, la información clara sobre sus
dolencias, nuestras recomendaciones y por sobre todo, esa atención cariñosa y
humana con una persona enferma que así lo requiere.
En
estos aspectos hay necesidad de trabajar muy a fondo para hacer valer los
valores y principios de la medicina. En cuanto a los principios éticos y el
manejo de nuestros pacientes al final de la vida también son temas de inmensa
controversia y con toda seguridad se están dando cambios y aparecerán más
en los próximos años. La muerte es algo natural y es una parte intrínseca de la
vida, pero con los avances de la medicina, una persona que hubiera muerto
prematuramente podrá vivir más y con una adecuada calidad de vida.
Sin
embargo, todos estos avances también están permitiendo al médico ejercer un
claro control sobre la muerte, esto quiere decir, que así como hay muchas personas que se recuperan y continúan teniendo una buena calidad de vida, también
hay un grupo de enfermos que hubieran muerto y que con toda esta nueva
tecnología y avances terapéuticos, se mantienen vivos, con una pésima calidad de
vida, sin poder tener una independencia suficiente e inclusive vivir una vida
con una mínima capacidad intelectual. En cualquier decisión es fundamental
conocer los deseos del paciente, qué quiere él o su familia, en el caso de que
esté enfrentado a la muerte o a una enfermedad en estado terminal. Es importante
su participación o la de su familia, en el caso de que él no pueda y en conjunto
con el médico y no el médico en forma independiente, porque a nosotros nos han
educado para salvar vidas y a veces, muchos no queremos perder esa batalla
contra la muerte.
Deberá
respetarse la decisión de un enfermo de no ser reanimado, de no ser internado en
cuidado intensivo, de no ser intervenido quirúrgicamente como medida extrema, de
no ser dializado e incluso como sucede en los Estados Unidos de América, la
decisión de suspender la alimentación en caso de encontrarse en estado
vegetativo permanente. Cada persona debería diligenciar en forma rutinaria y sin
el menor prejuicio, un formato o dejar instrucciones precisas, sobre sus deseos
en cuanto al cuidado médico al final de su vida.
Desafortunadamente la problemática legal que se vive, las demandas y nuestra
formación médica, nos han llevado con todos los avances tecnológicos y
terapéuticos a prolongar vidas en forma innecesaria.
Es
realmente extraordinario ver como avanza la medicina y más apasionante aun, lo
que veremos en un futuro cercano; sin embargo, no podemos dejar de trabajar por
la noble causa de hacer de la medicina una profesión, siempre más humana, que
vele por el cuidado de nuestros enfermos, que alivie el dolor de los que más
sufren y que brinde esperanza a aquellos que así lo requieran.
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